Hacía días que me la negaba.Justo él que la usaba eligiendo la más adecuada,siempre.
Me la negaba reiteradamente y me ponía muy triste su negativa.Si el supiera la manera dolorosa en que me afectaba,consideraria su actitud y no se perdonaría el haberme hecho sufrir.
Eramos buenos amigos.Nos apreciábamos.Al menos yo tenía hacia él sinceros sentimientos de amistad.
Lo que más me extrañaba ,era que ahora me la negaba a `pesar
de que habiamos charlado mucho sobre eso.
El me contaba lo importante que era para él,contar con la que yo le prestaba.
Una y otra vez me repetìa:te respeto porque la sabes usar delicadamente .No todos somos así.
Y yo,que contaba con la que él me obsequiaba llegue a hacer de ella algo imprescindible.
Tan valiosa era,como beber agua,de una rica fuente,o la deliciosa
sensación de una copa de licor.
O como la sombra ,en un día de calor insoportable.
Ya hacia como un mes que comenzo a negármela,soberbio en su decisión,e incomprensible.
Yo,sumisa aceptaba su decisión,después de todo era dueño y señor de dármela o no.
Pero no era justo.Me sonaba a mezquindad y a soberbia.Tal vez,yo no conocía bien ,esa faceta de su personalidad.Parecía un niño caprichoso ,jugando a ser Dios,negándome lo que siempre me diera.
Y para ser su amiga,necesitaba que me la siguiera dando,pues de otra manera,no tenia sentido.
Además,nadie cobraba para dársela a nadie.
Tirano!!eso me parecía.
La palabra no se le niega a nadie,menos a una amiga.
Rosa tenue.
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