De que me sirve despertar cada mañana,
si mis ojeras siguen igual,
los nubarrones grises combinan con mi estado de ánimo.
Ojala el café no tuviera sabor,
así podría condimentarlo con un poco de mi amargura,
y al menos desperdiciar un poco de ella,
que últimamente sobra en mí.
Si es que ni el azúcar endulza mis mañanas,
como solía hacerlo,
el mate mi segundo compañero,
lo más parecido a mi,
mi gemelo, mi elemento, mi composición,
seco y amargo,
se refugia conmigo porque junto a mi,
el no es diferente.
¿Que será del violeta de las flores?
Que ahora incoloras se impregnaron a mis ojos,
acoplándose a mis profundas y tenebrosas orbitas.
¿y que será de aquél que se digne a mirarme?
Pues solo mis ojos, con la mirada de una furiosa cobra,
podrá encontrar.
Una mirada fría, asesina, llena de ira, sadismo y tristeza,
tan envenenada, que hasta esos ojos parecen estar enfermos.
¿Y para que camino hoy bajo la lluvia?
Si por más que camine, mis sueños, al igual que la tierra y el polvo del suelo, se van embarrando, quedando totalmente
nublados, empapados y hundidos.
Ni siquiera el agua logra filtrarme tanto desgano, ridículo fue pensar, que lograría sacar algo de mi esencia, como un
pequeño saco de té si me mojaba.
Sin embargo ahí estoy, deslucido como las ultimas cuatro semanas, apagado, en off,
camino lento y desproporcionalmente, mirando la nada,
todo el agua del cielo a cuestas, a estas ropas espero las seque la madurez.
¿De que vestiré mañana?
No se, si es que en mi placard guardo un solo color,
el negro, porque si tuviera gris ya seria demasiado monótono y parecería simplemente,
un ente en movimiento, al menos con el negro tengo dos matices.
Ahora que lo pienso, si mañana despierto de negro, parecería una sombra
por lo cual podría ser invisible en todo lugar donde la oscuridad este presente,
vaya maravilla, justo lo que uno busca mas de una vez, simplemente ocultarse,
ser invisible, desaparecer al menos unos segundos.
lastima, no soy tan afortunado como para que suceda.
¿A donde iré mañana?
Donde no desentone mi amargura y mis frustraciones,
quizás visite a soledad,
a pesar de que no le gusta la compañía,
últimamente se paso por mi casa.
Quizás si yo la visito,
no me quiera venir a buscar ella,
mi problema es, que nunca me dio su dirección.
¿Donde pondré mis recuerdos?
Se me acaban las hojas para pintar los cuadros,
se me tiñen de negro en cada pincelada,
y cada vez que comienzo de nuevo,
sucede lo mismo, es que bueno,
tengo tanto exceso de mi mismo,
que ya me contamine y emano todo a través de mi ser.
¿Qué será de mi sin ti?
Todo esto seré.
|