Llegar a Buenos Aires, no importa el motivo, pero llegar, es un acto magnifico, luego en tu tiempo libre recorres el centro, cualquier centro, por que son varios, no importa ya es una belleza, edificios antiguos,remodelados o no , pero están ahí, puerto Madero, el barrio de la Boca , san Telmo y todos sus tanguerías, o te la das de turistas y te vas a la peatonal Florida y si te animas , también recorres Lavalle, cruzar la nueve de julio, es como cruzar el rió de la plata, ahí te convences que los argentinos son grandes a no dudar, pero donde si de verdad quieres conocer el alma argentina con evita y todo, es subiéndote a un taxi, ojalá con un taxista viejo, que te cuenta la historia de ayer y la de antes de ayer, dos son los temas el football y los tangos, por que la política es un tema que lo recoges en todas las esquinas,y bueno, pero que te dejen en la calle Suipacha 384, segundo piso o te envalentonas y escuchas tango en el primer piso, en un edificio que ayer debe haber sido una mansión o teatro de fines de siglo diecinueve, bellísimo templo del recuerdo, confitería Ideal, es como el café Torres pero en grande, subir las escaleras y ser parte de un espectáculo que solo se da en buenos aires y en esa calle, desde las 22 horas empieza a llegar un público de todas las edades y de todas partes no solo bonaerenses, pero por cierto que ellos son los mayoritarios, encontrar muchos jóvenes danzando con la pasión en la mano y sintiendo y sufriendo con las notas del bandoneón algún tango arrabalero, pero las personas que mas llama la atención son las mujeres de todas las edades y ojo que todas muy estupendas y preparadas para esas noches de tango, a ninguna le sobran kilos, pareciera cierto eso que los cirujanos tienen mucha pega, pero lo cierto que ellas hermosísimas dan al momento un aire que te envuelve y no te suelta hasta que sales a la pista y eres parte de esa fiesta que es el tango.
Punto aparte son aquellos bonaerenses que al igual que las damas van preparados para esa noche de danza, hombres de todas las edades, incluso parecieran que vinieran del barrio La Recoleta ,la calle Las Heras al fondo, y que de pronto le habrían dado permiso para su última vuelta, todos ellos como corresponde, con un bolsito ad-doc, donde traen sus zapatos danzarines , todos muy lustrados prestos para la ocasión, el ritual no es menor, fijar la vista en el objetivo, acercarse e invitarla a bailar, ellas muy diligente, le toman la mano, el cruza la suya en la espalda de la bailarina y suavemente la presión del índice indica el primer paso, que no es mas que un salto y el deslice de sus pies haciendo filigrana en el suelo, como un paseo por las nubes, donde éxtasis y lo sublime los transportan como un orgasmo que nunca termina, los ojos cerrados de la mujer, es un poema al sentimiento que cubre toda la sala, ya no hay frió y la voz del Polaco con Troilo haciendo llorar el instrumento y hasta Gardel nos llega hasta el alma, si tomar a tu compañera y subirte a la noche del tango es solo un momento y ser parte de esa fiesta mágica donde ya eres parte de un mundo que esta fuera del tiempo.
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