Llora mi América el grito pasado.
Hoy festejado, ocultado, silenciado.
Cinco muertos sin destino,
que marcaron con voz y sangre un camino,
hoy, tristemente burlado.
Cuatro horcas sellan la lucha de años,
por igualdad, por el fin miserable de antaño.
Ocho almas juzgadas con crueldad.
Y hoy, toda lucha ocurrida olvidada está.
Ocho horas con digno salario, ocho horas
para el que suda cada día por el pan.
Un humano, no un esclavo, ocho horas,
Era el fin de aquella lucha social
Ciento veinte años han pasado de noviembre,
y hoy, al ver el pueblo vergüenza da.
Los guerreros ya no luchan sólo duermen,
mientras dieciséis horas cuesta ganarse el pan
En el mundo otro primero se festeja,
sin casi entender que hay por festejar.
Si la lucha del primero del pasado,
su triunfo en papel esta enterrado.
Tú que laboras dieciséis cada día, luego duermes
y sigues rastrero por una migaja de pan,
no festejes con alegría este primero
Porque el primero, aquel primero ya no está.
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