Hoy no me siento un buen ser humano.
Hoy no me siento bien. Ayer tampoco.
Hoy estoy un poquito más cerca de la muerte.

¿Pero cuándo estuve vivo?
Yo no estoy vivo. Difícilmente estoy.
Difícilmente soy, por mucho que piense.
Y por todo lo que pienso, no soy.
Pienso que no soy.

Es demasiado tarde para pedir perdón.
Demasiado tarde fue siempre.
Incluso antes. Antes de. Antes de hacerlo.
Antes de no tener que pedir perdón.
Alguna vez todo parecía mejor.
¿Te acuerdas? Si, era distinto.
Castillos en el aire y rosas en la calle.
Un mar. Parecía mejor. Pompas de jabón.
Pero tampoco eras.

La soledad no puede ser tan mala.
Supongo que ya me acostumbré. Al vacío.
Succión gravitacional inevitable del vacío.
Tal vez se convierta en mi amigo.
No tengo paz.
No tengo paz.
No tengo paz.
No tengo pasaje para salir de la soledad.

Un pasaje es una persona.

No puedo salir. Estoy atrapado.
Y no hay nadie cerca, ni lejos, ni dentro ni fuera.
Es como un mar infinito, miles de rosas flotando.
Es bonito. Pero no hay nadie con quien disfrutarlo.
Todos están lejos. De vez en cuando escriben.
Y les respondo inmediatamente.
Después de un tiempo escriben de nuevo. Así todo el mundo.
De vez en cuando, muy de vez en cuando, alguien viene.
A mi balsa en medio del mar.
No se quedan mucho rato, me escuchan un poco, y luego se van.
Ya me acostumbré. Creo que no les gustan las rosas.
O yo. Da igual.
Nadie nunca se queda.
Ni me preguntan si los quiero acompañar.

Muchas veces extraño. A muchas personas.
Les escribo y a veces responden. Suficiente como para sonreír.
La balsita sigue flotando a algún lugar hace mucho tiempo.
Es gracioso.
Recién me di cuenta de la balsita hoy.

La balsita es simbólica.

Recién me di cuenta hoy, cuando pensaba.
Pero sin una estufa o nada parecido.
Outside in the distance, a wild cat did growl.
She’s not here anymore. She won’t be, anymore.
Pensaba en mi balsita y pensaba en ella, perdida.
Se fue de mi balsita sin decir adiós.
Se fue y las espinas de las rosas la sangraron.
Y el sol del atardecer bañándose en su sangre,
es todo lo que me queda de ella.

Is it noble in the mind to suffer?
Will you even remember that . . .

Yo no puedo negarle a nadie la felicidad.
Tal vez a mí mismo. Pero a mí me la niega el mundo.
Así que yo no ejerzo influencia alguna.
Pero hoy pensaba en mi balsita, y en que estaba solo en mi balsita.
Sin ella, sin nadie más, flotando solo.
No me sentí un buen ser humano. No me sentí bien.
Porque en el sufrimiento ajeno tal vez puedo encontrar una sonrisa.
En la empatía del dolor, tal vez.
En el dulce sabor de la venganza.
No me siento un buen ser humano.
Porque en donde no hay una sonrisa tampoco estoy yo.
Y es más fácil entender eso, que que donde la haya yo tampoco esté.
Because moments died the second they were born, if at all.
Because there were no moments.
Just a sick, twisted mind.
Sick twisted mind.
I don’t feel a very good human being today.
I wish, maybe, I maybe wish I was dead.

Pero, hombre, y el dramatismo.
El dramatismo me lo meto por el culo.
Como un dedo divino que nos jode la vida,
y dios no puede ser más que eso.
Porque a mí nadie me niega que puedo ser un dios.
Porque a mí nadie me prueba que no estoy en mi balsita.
Y, tal vez, si llego al fin del mundo,
mi balsita se caiga infinitamente. Y yo muera.
Así alguien más podrá regocijarse en mi sufrimiento y muerte.
Si es que alguien no lo hace ya hoy.

Tal vez estoy condenado a vivir así siempre.
En mi balsita.
Tal vez no es una condena, sino un favor.
Realmente no hace ninguna diferencia.
Solo sé que no me quiero sentir como hoy.
Teniendo frío bajo el sol, sintiendo una traición.
Sintiendo que todo realmente es mi culpa.
Que he fallado. Que le he fallado.
Que a pesar que se fue y me dejó su sangre,
me olvidé de escribirle. O no la entendí.
Y que no se vaya, por favor, que no se vaya.
Pero no se puede quedar, porque se hunde la balsita.
Parece que todos saben eso menos yo.
Por eso se van. ¿Por eso se van?
Yo no podría ser mi propio amigo.
Yo no me soporto, yo no me soportaría.
No los culpo si se van. Pero al menos escriban.
Este trabajo de lobo estepario es complicado.
Y no paga nada. Ni siquiera con sangre, de nadie.
Ni con chocolate al sol, derretido con amor.
Con el maravilloso amor que el sol nos tiene.
Para derretirnos lentamente. Y con humor.

Calaveras y diablitos.
Yo soy una calavera. O un diablito. O un no-humano.
No quiero ser si ser significa balsita.
Pero adoro mi balsita. Me permite flotar.
Ignorarte, quien quiera que seas.
Ignorarla, ignorarme, mi naturaleza y artificialidad.
Ignorar que soy un no-humano.
O un mal humano. O en esas líneas, un humano perfecto.
¡Zurrarme en mi propia existencia!
¡Epoché! ¡Epoché! ¡Epoché!
Suspendan el juicio.

I am sorry, truly. I miss feeling alive.
Please give me back my senses. Please, take away whatever this may be.
Please, rescue me from myself.

Detrás de la puerta número ochocientos catorce no había nada.
Solo esto. El descubrimiento de la balsita, y no sentirme un buen humano.
La dicha en la pena, de los demás para variar.
De la revolución, del mundo, de la sociedad. Yo nací para vivir.
Pero creo que me equivoqué de puerta.
Perdón, no quise interrumpir. Me. Te. Le. La vida.
Métele la vida.
Aprieta el embrague que se apaga el carro.
No busques besos de terciopelo
donde solamente hay silencio, de cristal, cartesiano, silencio balsero.
De repente si remo . . . moriré más rápido, o llegaré a algún lado.
Cualquiera es mejor. Pero flotar me está matando.
El sol se ríe de mí.
Y tu sangre, me recuerda a ti.