Hoy pude ver tu carita otra vez, llevabas ojos verdes y una sonrisa rosada. El brillo de tus ojos denotaba tu pureza y alegría. Solo hay amor y felicidad en tu corazón.

Te doy calor en mi regazo, y te duermes flotando en un arco iris de algodón. Al sentir tu manito tomando la mía, descubro lo que es la eternidad de mi espíritu a través del tuyo.

Es de noche y no estas. Aun no existes. Pero sé que en algún lugar me estas esperando.
Sueño contigo y pienso en ti a cada momento. Tu presencia me acompaña día y noche.
Ya quisiera traerte a mi casa, escoger al mejor padre que pueda encontrar, traer hermanitos y amiguitos para ti. Porque nuestra casa será perfecta, será lo que llaman hogar.

Todavía no es el momento parece, todavía el don no ha llegado a mi. Pero te busco en los ojos de los hombres, y te buscaré hasta que te pueda encontrar. Porque conozco el brillo en tu mirada, y el hombre que escoja tendrá ese brillo también. El te lo dará de herencia, y yo te daré mi amor.

Mi niña querida, como sanas mis heridas, me devuelves la niñez y regalas la paz que añoro. Ayúdame a ser mejor persona, para así merecer algún día poder alimentarte y protegerte.

Mis brazos están aun vacíos. Mis pechos esperan ansiosos. Mi vientre esta inquieto, y pareciera no poder esperar.

Pero tu estas ahí, mirándome y sonriendo, y casi me llamas mamá.