Tengo silencios a mí alrededor, esos silencios espesos que nunca se rompen, que hacen que todos los días siguientes sean la continuación del anterior.
Yo quisiera tener esos otros que son tiernos, esos que se sienten cuando estas con quien amas, donde la respiración y una mirada son suficientes gritos para no sentirse solo, pero los míos no son esos.
Mis silencios pesan sobre mí, se hacen una carga casi imposible de aligerar. Son densos y largos, no se comparten con nadie porque nadie hay cerca para ello, me encuentro sola si, para que negarlo. Estoy vacía, por mucho que intente encontrar en mi interior algo que me llene, no tengo otra cosa que la rutina de lo diario, esa que pasas por el simple motivo de estar aquí, en el mundo.
Como suele ocurrir intento que no me afecte, pero llega un momento que no puedo mas y es entonces cuando de nuevo toco fondo. Supongo que a todo el mundo le pasara, que no soy única en mi especie, pero es mío y yo lo llevo encima sin poder evitarlo.
Estoy cansada de fingir que todo marcha bien cuando no es cierto, de poner buena cara ante los demás simplemente para que no se preocupen, de fingir una conjuntivitis que explica mis ojos hinchados, de lagrimas que brotan sin poder detenerlas, de sentimientos que no quieren dejarme, de pensamientos que no se marchan, de ilusiones que nunca se harán realidad, de que me duela el amor que siento, de ser como soy.
Me da pánico mira hacia delante porque no encuentro una pequeña ilusión que me pueda despertar.
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