Usted se preguntara que hago aquí recogiendo los excrementos de los perros. Me imagino que pensará -¿Qué hace este hombre?
Bien, aunque no me lo pregunte, le voy a responder.
Como podrá ver tengo aquí un inmenso jardín, son casi dos manzanas, con los más maravillosos árboles, con flores exóticas y con algunas esculturas, que no siendo de grandes proporciones, son de mucha calidad. Verá también que existe un hermoso laberinto de cipreses, que se ven adornados de manera exquisita con orquídeas de diferentes colores, de paso le hago saber que aquí me entretengo por largas horas.
Si mira a su derecha verá un estacionamiento techado, de gran tamaño, en el que si observa con atención logrará descubrir que no solo se guardan una gran variedad de automóviles de calidad, clásicos y modernos, si no que también se da cabida a dos helicópteros que están siempre prestos a ser utilizados.
Ya sé que le parecerá una exageración, pero son automóviles de mucho valor y es necesario conservarlos en buen estado. En cuanto a los helicópteros, es lo menos que se puede esperar. La seguridad es muy importante y esas maquinas necesitan mucho cuidado y mantenimiento.
A su izquierda puede ver una gran mansión de estilo colonial, tiene unos mil metros cuadrados de construcción. Habitaciones tiene ocho, todas con baño privado, cuatro salones, una piscina climatizada, dos comedores y toda clase de comodidades y lujos tecnológicos.
Ya sé que me estoy alargando mas de la cuenta, pero veo que usted se interesa en mi descripción, así que continuare con ella.
Toda la propiedad se encuentra rodeada por un muro de ladrillo de 3 metros de altura, desde aquí adentro no logra verse porque la disposición de los árboles y las plantas fue estudiada para que el muro no pueda ser visto, es para dar una total sensación de libertad, viendo en cualquier dirección parece que fuera un bosque interminable.
Que de lujos da el dinero, dirá usted, pero no crea, no es solo el dinero lo que hace esto posible. O acaso no conoce usted a gente con mucho dinero y que aun teniendo grandes mansiones, no logran disfrutar de un paseo en el jardín porque no es realmente agradable, porque esta diseñado con mal gusto.
Pero regresando al punto inicial, en que usted se preguntaba que es lo que yo hago aquí recogiendo la suciedad de los perros, le voy a responder.
¡Debe ser el jardinero! Habrá pensado usted, un jardinero bien vestido.
Pero no, se equivoca usted, veo que ahora piensa que soy un jardinero al que el dueño anterior le heredo esta mansión, yo le digo que no puede usted estar más equivocado.
La verdad mi querido amigo es que yo morí hace muchos años, efectivamente un jardinero tiene que ver con esto, fue un jardinero el que me mató justo en el laberinto de cipreses y ahora me encargo de que mi propiedad no pierda su hermoso encanto.
Pero no se asuste, no compañero por favor.
No, tampoco estoy loco, vea usted, lo que pasa es que usted me mira y me oye porque el jardinero lo acaba de matar.
Pero no se vaya, ¿porque corre hombre? Bueno, vaya, vaya, ya volverá.
Se lo dije ¿no?
Que bien, ahora que usted esta tan muerto como yo, podrá ayudarme a mantener esto en orden hasta que muera el jardinero y se ponga a trabajar de nuevo.
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