No me verán el rostro
ni me preguntarán el .
Sólo escucharé el portazo
que me pusieron como lápida,
y luego trataré de caminar
sin un brazo, con una pierna,
diez testículos
y con rastros de un corazón.
Texto agregado el 28-04-2007, y leído por 145
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