En un mundo tan grande, como el mismo inifinito o universo, exisitía una pequeño ser que deseaba vivir con la mayor felicidad que fuera posible; sin embargo este pequeño ser apesar de tenerlo todo sentía un vacío enorme en su corazón, ya que la persona a la que amaba se encontraba a una distancia que se podia alcanzar en una nave interplanetaria, pero que no podia alcanzar con la felicidad que queria ofrecerle. El amor que ella le ofrecía era tan puro como el agua cristalina de un riachuelo que nace, o como un diamante recien cortado. Pero aquel ser era tan tonto que no aprovechaba la oportunidad que la vida le daba, aunque todos los dias pensaba tomar su nave y viajar hasta el planeta donde ella estaba el miedo de perderla lo hacia dudar.

Despues de luchar durante tanto tiempo y de realizar varios sueños fustrados, aquel ser vío una luz al final del camino, la cual era que el amor que sentía por esa mujer, nunca volveria a perderla y haría hasta lo imposible por conquistar su amor día a día, y que ese infinito tan inmenso que los separaba, sería un simple segundo y un simple milimetro al lado del amor que la pareja sentía.

Por ello la vida y el destino, los unió en un solo cuerpo para nunca mas separarse y ser feliz para siempre, despues de tanto sufrimiento; aquel ser vió que su sueño era completo y la mujer que amaba a su pecho acercaba y hasta el inifinito duraba.