Estoy sentado en el medio de un cuarto en una cama casi desclavijada, observándolo todo, está húmedo con sus paredes casi descascaradas, con muy poca lumunisidad, es frío... . Es ... ese mismo frío que me traspasa la humilde ropa que visto, que me llega hasta el mismo alma.
Con la mirada fija en una de las paredes del cuarto, pero con la mente puesta en las escenas vividas hace pocas horas atrás, y preguntándome porqué deje pasar quizás la última oportunidad de mi vida, al dejar atrás ESE AMOR ...!!!
¡¡¡ EL AMOR DE MI VIDA...!!!
Ese mismo amor que vivió para mí.... y por mí...
Sinceramente ni yo mismo me entiendo que tenien todo... lo dejo escapar... entre mis manos... sin intentar.... de retenerlo.
Muchas veces me he reprochado que por culpa de ser como soy me he quedado solo...
El trinar de un pájaro afuera, me saca de mis pensamientos, y algo colgado en la pared por su brillo me llama la atención, al acercarme observo que es un viejo y roto espejo empañado por la misma humedad reinante en el ambiente.
Trato de desempañarlo con la manga de mi pullover, y al hacerlo me veo en el espejo con mi rostro casi desencajado, me parece que los años se me cayeron encima, mis ojeras son más pronunciadas que lo normal, mi barba crecida y canosa me convertía más avejentado de lo que era.
Mi vestimenta no era de lo mejor, pero dije entre mí, que me tenía que reponer del sopapo que me dió la vida...
Y a sacar pecho entonces ... A LA VIDA... Y VOLVERLA A VIVIR NUEVAMENTE...
Abrí la puerta del cuarto, y al ver el paisaje del jardín iluminado por el astro rey otoñal, me sentí atraído y me senté en él.
Pero... sin dejar de pensar ... lo que me dijo un amigo íntimo, QUE YO ERA UN PENSIONISTA DEL AMOR.....

JEAN CARLOS