Quisiera tener a mano el buzón de las sugerencias, pero aun si lo tuviera no sabría la forma correcta de escribir lo que esta prostituta del corazón quiere objetar.
Apenas se la puede reconocer entre trapos harapientos, que solo alcanzan a cubrir completamente sus senos, dejando entrever su sexo desnudo. Deseoso.
Pálida tiene la vida y maltrecha la cara. sus uñas color tierra queriendo rasgar la existencia dejan caer a pedazos la piel que guarda un pasado que prefiere olvidar, mientras sigue esclava de la dictadura del corazón , que para bien o mal, la empuja a sobreponerse a las atrocidades de la vida y a los atropellos de sus sentimientos que cada día la degradan mas...