Quizá lo veas de un X tamaño, un Y color y a una Z distancia, pero lo cierto es que está tan cerca y tan lejos como desees...

Amarilis González



Tan cerca que te roza, besa, escribe, habla al oído, va y viene... siempre viene.

Tan real que siente... le vas dando formas a su sonrisa y lo convences en plazas.
Tan cerca que te asusta dejarlo entrar por no olvidar que puede estar del otro lado.
Tan cerca que subes para encontrarlo abajo cubierto de madera y acompañado de un duendecillo.
Tan cerca que lo abrazas y sus ojos bautizan tus dedos...

Tan cerca que sabes a que sabe su llanto... a verdadera promesa.


...y continúas buscando ese punto donde te equilibras. Ese punto que sabes que existe, pero que ahora se esconde... y te das cuenta que no lo verás de frente porque camina contigo...

¿Cómo le encuentras el punto medio a un punto medio que se inclina?


Tan lejos que la distancia se hace nada porque el infinito se pierde y llega a ser vacío.
Tan real que lo sientes lejos.
Tan lejos que sientes frío... y vives fría...
Tan lejos que lo haces rozar, besar, escribir, hablarte al oído y no viene... pero se queda... siempre se queda.

¿Sabes a qué sabe el llanto del horizonte lejano?

...a simple verdad.