Frente al espejo
aliso mis cabellos
que soñolientos
caen sobre mi espalda.

Através de la ventana
miro el paso presuroso de los carros
y me levanto
para perder mis ojos
en aquel que la vuelta va dando.

Allí pronuncié
diferente tu nombre.
cuando recostaba
el mar de mi selva en tu hombro.

Aquel carro que se pierde
se llevó mis cuentos de niña,
y las viejas monedas
que un antiguo novio me regaló.

Se fue mi adolescencia
mi corazón en su mochila
y también la ventana de macetas.

De nuevo,
frente al espejo
delíneo silencio,
mientras el auto
consume la línea blanca del asfalto.

Imagino mis adioses
como libélulas
que golpean inútiles
a las malvas
despeinadas del pavimento.
¿Me llevará con su recuerdo?
¿ estaré pegada a su hombro y
sus manos de cafeto
peinaran los ríos de mi cabello?

Frente a mi reflejo
una parte mía se fue con él.
Cerraré esta pieza,
algún día,
cuando mis ojos no huelan a humedad
regresaré a limpiarlo.

Por ahora en mi pensamiento
voy a su lado.