°De Verdades y Mentiras (Parte I)°

A Estulticia, por animarme a seguir escribiendo....

Capítulo I

Me desperté con dolor de cabeza, sentía los ojos hinchados y un sabor a óxido me inundaba la garganta; no sabía en dónde estaba, cada una de las piezas que conformaban esa habitación eran tan ajenas, desde mi ángulo, el foco del techo parecía estar fundido, a la derecha un delgadito rayo de sol dejaba entrever el olor a polvo que ya antes se había impregnado en todo mi cuerpo, y las muñecas, ahora sueltas, permanecían dormidas y frías a mis espaldas.

Marcela había caminado como tres horas antes de detenerse y entrar en el bar, la música o los colores quizá, la habían sacado de su notable pesadumbre, yo a lo lejos la observaba, caminaba muy despacio para que no notara mi presencia a sus espaldas, de alguna manera lo único que quería era cuidarla, necesitaba estar sola pero en mi mente solo pasaban los recuadros del encierro hospitalario en el que estuvo dos años antes.

Cuando pasamos junto a la estatua de Juarez que se posa en el parque central, me detuvo unos segundos y en voz alta repitió: "El respeto al derecho ajeno es la paz", nunca antes me habían perjudicado tanto esas palabras y habían llegado a mis oidos de forma lapidaria e inclemente, me miraba muy molesta y sus hermosos ojos miel se clavaron en los míos que no soportaron mas y se fijaron en el piso, ella decía no sé qué cosas, yo no pensaba en nada excepto en su encierro hospitalario y su cambio transitorio, me odiaba por aquello, me odiaba pero en mi interior una pequeña voz me fastidiaba diciendo que había hecho lo correcto.

Una lata cayó cerca de la puerta, parecía estár llena de agua por el sonido, salpicó a alguien quien la maldijo, alguien mas que le acompañaba lo hizo callar y acto seguido se oyeron mas pisadas que rodearon el cuarto, yo intentaba levantarme, pero estaba tan mareado y adolorido que ninguna parte de mi cuerpo respondía a mis ordenes, salvo la mente, que giraba recordando cada uno de los pasos de Marcela y ese encierro hospitalario. Quizá hayan pasado acaso cinco minutos después del ruido de la lata cuando un golpe seco sobre la puerta de madera la derribó, acto seguido un hombre vestido de negro, que desde mi perspectiva parecía el ángel de la muerte gritaba: "¡Agencia Federal de Investigación, todos al piso!".

Continuará....


Texto agregado el 06-03-2007, y leído por 26 visitantes. (5 votos)
2007-04-19 05:50:47 Muy bueno tu texto, muy bien narrada, te felicito, esta primera parte me matuvo atrapada. alondra40
2007-03-06 22:43:49 Buenisimo, deseo leer pronto la segunda parte. gatubela40
2007-03-06 22:32:44 y...sorpresa, saludos vonluthor
2007-03-06 21:40:07 La primera parte, tan separada entre sí, me resultó atrapante. Está muy bien narrada. Espero el resto. tiresias