1.-
Los Volubles, los seres más inteligentes y estúpidos del reino animal, habían logrado adueñarse en cierto modo de la naturaleza cercana. En apariencia un brillante progreso era el resultado. Pero también se habían apoderado unos de otros. En la lucha por las fuentes de energía, a los fines de obtener más poder, tocaron de forma insensata los resortes secretos de la vida y de la naturaleza toda.
La devolución de tamaño desatino no se hizo esperar. Tornados, lluvias de toda índole (ácidas y multiácidas), movimientos telúricos, inundaciones, recalentamiento de aire, mostraron el rostro de una Naturaleza turbada y potentísima.
Llegó el momento de la Justicia de las Cosas, con rayos y truenos, lo cual hizo estremecer a los Volubles. No obstante siguieron su camino.

2.-
Un viejo harapiento vivía en una choza situada en el límite del pequeño pueblo y el campo. No hablaba casi nunca. Sin embargo cuando las tormentas volaban los techos de los más humildes, o la lluvia interminable inundaba el pueblo, o los rayos quemaban árboles y mieses en épocas de largas sequías, siempre estaba allí el viejo loco, como le decían, para colaborar. En esos momentos se le escuchaban pocas palabras: “Hijos de putas”, “¡Malditos!”, “¡Violadores!”; o como la contrapartida de un canto coral: “¡Qué belleza!”, “¡Cuánto amor!”, “Valentía y dignidad!”, y otros términos por el estilo. Por lo demás, ayudaba en silencio, sin formular preguntas.

3.-
Cierto día un violento tornado dejó sin techo a prácticamente el pueblo entero. El viejo loco salió de su choza, íntegra a pesar del baile, y se fue a la plaza. Y allí habló:

- “¡Atorrantes! Políticos putrefactos: ¡tenéis el poder y os queréis eternizar para lucrar y acrecentar el poderío para vosotros, nada más que para vosotros, ¡hijos de putas!”.
- “Y la mayor parte de la oposición, mil veces ¡atorrante! Mienten con descaro. ¡Salvadores! ¿Salvadores de qué, si están repodridos como los de arriba? Ya tienen planes para barrer con los diferentes, en nombre de la igualdad, fraternidad y democracia. ¡Se cagan en ella!”.
- “¡Gremialistas atorrantes! ¡Sin vergüenza traicionáis a los trabajadores! ¿De dónde han salido los palacetes lujuriosos donde vivís y los viajes por el mundo, descorchando champagne?”.
- “¡Comerciantes de la religión, funcionarios de Dios y traficantes de espíritus!, habéis secado una fuente de la vida. ¡Traidores! Vuestra voz melosa y gestos dulces no engañan a nadie. ¡Hipócritas!”.
- “Educadores e intelectuales que, empachados de libros sin digerir, pretendéis humanizar a la juventud. ¡Falsos! La loromaquia es vuestra enfermedad incurable. Promovéis una cultura mentirosa, enajenada.”
- “Dueños de la riqueza que manipuláis de infinitas formas al ser humano, ¡sóis malditos! La máscara dorada no esconde vuestro mal olor y sufrimiento. Y vosotros, pobres que os vendéis por una moneda, poseéis muchas lacras: mugre, ignorancia, voluntad torcida. Los mitificadores de los pobres os usan … escriben en Internet elegías y discursos sobre la belleza y bondad del pobre mientras viajan en avión …¿Qué saben de los pobres estos hijos de putas?” .

El pueblo se había congregado en torno al viejo loco. Lo escuchaba en silencio. Mirando a la gente, el anciano exclamó casi en un grito:

- “Hombres y mujeres de voluntad buena, que bebéis en los manantiales de la Vida, preparaos para el nuevo tiempo que se avecina. Fortaleced vuestra valentía y paciencia en la reunificación de la Tierra y el Cielo. Es real, aunque invisible, el reino del hombre unificado. Al final, la fragmentación será vencida. Cuidaos de no generar nuevos dualismos. Retiraos al Desierto; en el Silencio aparecerá el diálogo, crecerá el Amor y la Unidad perdida”.

Caminando como borracho se alejó y regresó a su choza.

Se escuchó un disparo de arma de fuego.

4.-
Los informes policiales y de la Justicia dieron detalles del accidente que había provocado la muerte del viejo loco. Mientras las fuerzas del orden lo requisaban un arma se disparó debido al forcejeo del alienado