Una flauta toca por los pinos. el viento del sur la viene desgranando sobre los pastizales de Alfonso. Se oye un rumor en la cinta asfáltica. Es la Zeta. Dónde los pájaros anuncian la llegada del carro nocturno. Es de noche... . La copa suda los vivos mosaicos de frío. Mientras mi mano totalmente arqueada abastece su sueño bajo el pómulo de tus pechos. Nada nos decimos… el silencio es la mejor palabra después del exceso. Entre sueños digo que es el carro de la media noche. Y me contesto: “ no importa, mañana pasará otro.”
Texto agregado el 29-02-2004, y leído por 616 visitantes. (8 votos)