POEMA A TRES VOCES


Ahora llega la tarde
con su vestido de colores
y sus nagüas grises fiesta.

Se dibuja en el periódico
la noticia del ayer
dejando al lector distraído
versar sobre la verdad y la no verdad.

Me dejo seducir de sus zapatos
color humo de diesel
y sus medias a medio mojar
de una tarde lluviosa y cálida.

Es mi Cali,
lujuriosa como el cerro
amante de sus vientos
patinantes del cañon del Dagua,
apasionada por las luces claroscuras
de una senil mirada.

El Paseo Bolivar y la coqueta mirada
la plaza de caycedo y el teclear de la máquina,
la zona rosa que se viste en mil colores,
el tren absurdo del ferrocarril
que detuvo su marcha años atrás
y está suspendido en dos rieles mogosos.

continuará...