Ven. Acércate un poco mas que no voy ha hacerte nada malo. Deja lo que tengas a tu alrededor y que todo se pare por un momento. Que la música de fondo se detenga, que la gente desaparezca, y que nos envolvamos en una simple atmósfera.

Solo quiero que me mires a los ojos, quiero que mis simples y marrones pupilas se fundan con las tuyas, mas misteriosas, místicas. Mantén la mirada, por favor, no se te ocurra bajarla tímidamente, simplemente, mírame a los ojos. Yo sonreiré y tú harás lo mismo, dejare que una libre lágrima se escape para que te des cuenta de la alegría que me da estar contigo.

Disfrutemos, ven cojeme de la mano, dejémonos llevar por el simple tacto del rozar de mis dedos entre tus dedos, del sutil calor que nos damos, disfrutemos. Acércate más, por favor, que tu pecho se encuentre con el mío, siente como mi corazón bombea, siente como se me acelera el pulso a cada centímetro que te acercas. Déjame que te envuelva con mis brazos, rodéame tú con los tuyos, por favor.

Abrázame fuerte, déjame que bese tu cuello. Déjame oler ese perfume que recuerdo todas las noches, deja que me envuelva en un sueño de fragancias. Que tu pelo oscuro me revitalice cada vez que al coger aire sienta que quiero que estés más cerca de mí.

Deja que te aparte el pelo para susurrarte unas simples palabras al oído, deja que intente enamorarte a cada palabra que mis labios suelten, déjame.

Ahora, poco a poco, iré rozando mis labios suavemente por tu mejilla hasta que, por fin, se encuentren con los tuyos. Lentamente te besaré el labio inferior. Si eso te lo morderé con cuidado. Luego, sin avisar, te besare tan fuertemente que perderás la consciencia del tiempo, nuestros cuerpos, se fundirán en uno solo.