hola sueño,

hoy he visto a una señora bien gorda, grande, casi el doble de la puerta de entrada de mi tienda. entró y me hizo un pedido gordísimo, me asusté de su pedido, pero lo conseguí y lo puse en tres costales. llamé a mi ayudante y cargamos los tres costales. ella me pago en billetes, era en tres billetes de cien euros. me asusté, hacía tiempo que no veía billetes tan gordos. supuse que todo lo que esta señora llevaba era grueso. cargamos los tres sacos y lo llevamos a un enorme autobus. lo subimos con gran dificultad en la parte inferior del bus. nos despedimos de la señora gorda y ella nos habló con una voz tan gruesa y empalagosa como la grasa que cargaba en los pliegues de su cintura. adiós, le dijimos mi empleado y yo. adiós, escuchamos y vimos salir por las ventanas de enorme bus, a toda una familia de gordos, y todas eran mujeres, gordas mujeres con sus voces melosas haciéndome sentir como si estuviera encerrado todo un verano húmedo en un cuarto sin lunas. nos volvimos y entramos al negocio, contamos la plata y fuimos a depositarlo al banco. mientras regresaba del banco pensaba en esta historia y me dije que sería bueno contarla, aunque jamas haya entrado un solo cliente a mi tienda... ciertamente es un cuento blisoutiano, o un producto de una fecunda imaginación.

la tarde estaba grasienta, sudaba por todos lados y la gente me miraba a la cara, preguntándose, ¿quién es este cabeza de rodilla, pues le brilla como si tuviera un foco? ¿sera un guru, un hari-krishna?. les miré y cerré la puerta de mi imaginacion y traté de pensar en otra cosa, en otro sueño. caminé hacia los negocios y sonreí como un niño, o, como joe blisouto, aunque no exista mas que para ti y para su imaginación.

cuentan que el joven andersen, tenía un abuelo loco. mi abuelo era borracho, mi padre mujeriego, mi madre metalizada, mis hermanos normales... y yo miro al feo perro de mi madre y siento que me parezco mas al perro que a toda mi familia... ¿por qué? quizá, porque miro al perro y siento que me miro al espejo. un perro sin dueño, sin nada mas que sus sueños, su pan, una realidad, una despreocupación y un fiel sentimiento por la belleza. en el caso del perro, su belleza sería el sueño de ver un lugar enorme para comer y cagar y correr.. en mi caso un espacio para cerrar los ojos y ser feliz, simple como el feo perro de mi madre llamado cucho.

casi no tengo nada que decir. he venido a este lugar atestado de gente mientras mi ayudante termina de entregar los pedidos, y me he hecho una isla y he escrito sin parar, porque me gusta disparar balas al aire, al cielo, a los ojos de un ser virtual, aunque sea mas real que estas letras...

que tengas un bello día y que escribas sobre el papel de mi fantasía, es bueno comulgar con uno mismo, es bello, como si dieras un beso en los labios al ser mas amado...


cuídese mi sueño,

yo


lima, abril de 2007