Tengo sed
Dijo mirando el vasto mar que la sostiene, codiciando ese agua infinita y fresca que mantiene a la deriva su ínfimo mundo.
El sol asedia su piel y encandila sus ojos.
Su cuerpo transpira un líquido que se derrama en gotas, que antes de entrar en contacto con cualquier superficie se evaporan y sin dejar rastro se pierden como un espejismo en el desierto.
Ha sobrevivido ya demasiado y juega con su mente al solitario mientras bebe te con dos amigos que jamás existieron

Tengo sed
Dijo nuevamente
Su respiración es pesada.
Sus latidos espesos y sordos.
Su piel tiene llagas y ampollas.
Se mantiene inmóvil, mirando el cielo sin sombras.
Su brazo derecho se suicido tirándose por la borda y ahogándose.
Su brazo izquierdo murió después de una herida grave causada por un objeto cortante.
Ninguna de sus piernas responde si quiera los más simples interrogantes filosóficos.
Sus neuronas están conmocionadas por la crisis energética, el calentamiento global y el hambre que a estas horas alcanza proporciones inexplicables.

Tengo sed
Dijo por tercera vez
Y estirándose toma el vaso que dejo hace algunas horas en su mesa de luz y bebe con desesperación.