Escribí, si.
Escribí, viví.

Lo hice, tuve la necesidad de encontrar la palabra
precisa, el exacto significado de lo que queria expresar.
No toleré, no tener en la punta del lapiz la palabra
justa en el momento indicado.
A veces la enconetré días despues. Mientras leia, o escuchaba algo.

Partí bien, estoy seguro, partí bien.
Ello fue unico merito de la materialidad.
Con el tiempo aquel pendulo, la bondad ha ido decreciendo.
Y no es que todo se plantee en teminos morales, pero el saber que te mueve no son ya las grandes causas, peleadas en batallas ahora anacronicas, sino que las pequeñas cosas, las casi imperceptibles pero que utilizo como justificación vital, logran en mi un malestar, un tedio permanente.

Lei, leer me sucede.
Me sucede despues de la feliz casualidad deldespertar.

Piensé, cuando lo hize cai en efervesencia, cuando lo practiqué
de noche me pareció que todo aquello era perfecto, pero cuando
lo escribí resultó es de una mediocridad inconmensurable.




* * *


Señor, señor, porfavor no me confunda con uno de ellos

¡se lo ruego!

Seria terrible saberme extraviado entre tantos otros, asesinos de la palabra, derrochadores de un que se yo que solemos llamar sentimiento, y mas terrible aun, aquellos melosos/melancolicos. Y como ya ha dicho alguno por ahí, para tangos preferimos a Gardel.