Una rata gorda y peluda sigue por detrás a otra mas pequeña y con pequeñas calvas. Sus sombras, huyendo de la luz de una farola. Montones de basura dificultan el paso por debajo del puente, donde los gatos más sucios de la ciudad tienen sus madrigueras, entre montones de desperdicios aprovechables. Es la ley de la zona, aprovecha todo lo que puedas, puede ser tu último desayuno, si aunque sea tienes la suerte de haber aguantado la noche del invierno.
Los mendigos han hecho una pequeña hoguera al lado de unos contenedores. Cualquier cosa de la basura sirve de combustible. Dos de ellos, cada uno con un vacío brick de vino en la mano, tambaleándose se enfrentan con vacíos golpes al aire. Uno de ellos pierde el equilibrio y se cae encima del otro, los dos se abrazan fuertemente, llorando.
Los dos fueron a la misma escuela de pequeños, y los dos dejaron los estudios en cuanto tenían edad de trabajar, al principio trabajaron en el puerto, pero pronto se tropezaron con el alcohol, juntos fueron cayendo en aquel hondo pozo.
Alrededor de la hoguera, uno de los indigentes más viejos se lía un cigarrillo mientras filosofa con otro que sujeta una botella de cerveza. El más viejo comenta que son los bienes materiales los que hay que evitar, que hay que saber disfrutar de las pequeñas cosas que no se pueden ver ni tocar.
Los cuatro señores se han sentado ahora a compartir unos plátanos que uno de ellos ha conseguido. El mayor los reparte justamente y cada uno de ellos se mete su respectivo trozo en la boca, mirando al fuego fijamente, repasando cada instante de su vida; tres de ellos recordando como su vida decae a cada año que pasa, pero el mas sabio, que desde niño ha vivido sumido en la mas pura pobreza, sonríe dibujando una cansada sonrisa, mientras disfruta la tan preciada comida.
La noche se ha apoderado completamente de la ciudad y un grupo de gatos se acerca cuidadosamente hacia el fuego, pasando entre los dormidos indigentes con esa majestuosidad que les caracteriza. Allí, todos juntos comparten el calor, todos los seres de esta pequeña jungla se sirven de apoyo, para luchar por despertar el siguiente amanecer.