Ese día comprendí que no quedaba otra cosa más que irme.
Y hoy, sentado acá a la luz de esta lámpara mortecina hago un recuento de todo lo que nos pasó. Antes de decidirme, crucé la calle hasta el almacén y compré estos cigarrillos que ahora llenan de humo la pieza. No sé si haría bien en tomarme lo que queda en esa botella de vino barato que empecé ayer.
Ahora veo todo un poco más claro pero creo que nunca llegué a entender lo que sentías por mí. Muchas veces creí ver amor en tu mirada así como otras sentí que me odiabas con todo tu ser. Pero nunca estuve seguro de nada. Y justo en este momento resuena en mis oídos esa canción que nos gustaba.
Texto agregado el 18-04-2007, y leído por 148
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Lectores Opinan
18-04-2007
les gusta pero no te han dado estrellas,muy bueno! mis****para vos Marcesia
18-04-2007
uno nunca esta seguro de nada jeringa
18-04-2007
huelo un desquite feroz de este hombre. me gusta esta liiteratura, entregando el todo para darse cuenta que nada hay el_rey
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