Escuchando el romper de las olas
ahí en las alturas,
deseé ser ola, ir con toda su fuerza a chocar contra la dureza de la roca,
y tras la levedad del burbujeo del impacto,
volver a renacer y perderme en la inmensidad del océano...
Observando los remolinos de viento,
posada en un árbol,
cerré mis ojos, con el fervor de imaginarte ahi enredada con el viento, dando vueltas sobre nosotros mismos. Sintiendo el mareo, que nos lleva el revoloteo....
Al anochecer en la soledad de la oscuridad, a la luz de las estrellas, soñé que eramos humanos.. enredados en remolinos de viento, revoloteamos con toda nuestra fuerza, al unisono de lentos y rápidos movimientos, hacia la roca más dura y tras fusionarnos en espuma, con la blancura espumeante.
Nos miramos y volvemos a renacer, hacia la inmensidad marina, buceamos en la levedad salada.
Al alba me despierto en el tejado, con el rocio de la mañana, intento saciar mi sed con las hojas de los árboles intentando buscar ese sabor salado, que en sueños, me saben a tus lábios.