Entonces acudí a la cita. Como un trémulo de paz me detuve en la arboleda envuelta en verdes. Detrás, el cielo se asomaba temeroso como un enorme gigante de extremidades azules. Y cuando comenzaba a doblegarme, apareciste paulatino. Luego la gloria; el universo; nosotros; dos aves en vuelo...
Existen diversos ritos para atraer las almas, yo sólo logré convertirme en una de ellas...
La magia siempre presente en tus relatos. Ese desdoblamiento paulatino con el abandono lastimoso de todo lastre físico, ese encuentro entre dos almas que logran sobrevolar y dejar atrás su pedestre investidura. Es la vida la que en algún punto nos llama a soñar, a abandonarnos y a creer que aún quedan muchos misterios por develar... Sugerente texto, Anita. Mis estrellas gui