En las noches de vigilia, durante pequeños lapsos en que puedo darme tiempo de meditar sobre la grandeza de mis poderes, al verlo dormir, entre textos viejos, libros de exhaustas ciencias viejas y desgastadas, cuando veo sus finos rasgos casi poéticos, entonces recuerdo que soy una mujer que goza, que extraña las caricias que nunca ha recibido y aunque tratase de explicar por que es que siento esto no puedo, me resigno y vuelvo a mi lastimero oficio.
La noche es larga y bien remunerada, ahogue a un niño que estaba por nacer, y un par de ancianos sufrieron un ataque al miocardio, todos en el ultimo parpadear me observaron y me tuvieron miedo, tal vez por eso no del todo me disgusta la idea de cortar sus hilos con mi instrumento afilado, por que se burlan y se asustan de mi atuendo negro, pero él con sus rizos rojos, no me teme, me ha buscado, un día se corto las venas y jugo con la sangre que manaba de la heridas, en la casi muerte me aparecí ante sus ojos, como años atrás el día en que llego a este mundo, el no me reconoció, pero yo si, mis cabellos negros cubrieron sus facciones casi carentes ya de vida, no lo pude llevar a mi templo, seria injusto, como hacerle eso al mundo quitarle mi príncipe de cabellos de fuego, era imposible.
Mejor lo veo retozar, mejor lo veo morar en este mundo aunque sea un poco mas, que viva, que aprenda las artes del amor para que pueda calentarme un poco el día en que estemos en nuestro tálamo, tal vez sueño de mas, pero que soy yo y mi reino sino un sueño que dura mas allá del tiempo. Un día tal vez el me vera, tal ve un día nos toquemos, y nos digamos cosas amables, nos besemos en la piel desnuda, para que engendremos Ángeles oscuros, poseedores de alas de cuervo, el me ofrecerá la sensación de la vida apasionada y yo el imperio de la poética soledad.
No le puedo tocar, eso seria mortal para su existencia, pero soy paciente, se que algún dic deberé traerlo, cuando este listo, cuando ya no aguante mas, lo llamare, solo espero que el también me acepte, por que muchas veces he sido engañada, y ya no quiero sufrir mas tiemblo de frió, de miedo e impaciencia, mejor será irme a otra parte, seguiré mostrándome ante otros, llego la hora de que la muerte siga rondando el mundo, de que mi amado descanse libre de mi hasta el día en que pueda abrazarlo.
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