Caminar con las piernas, deprimirse de incertidumbre, de no llover; degustar el aliento ajeno olvidado en el nuestro, esperar la discriminación que, a diferencia del amor, siempre llega; disfrutar de una breve estadía en el colapso mental, contagiarse gripe de un árbol, decidirse a estar decidido en cada decisión que se nos presente, inscribirse en el alma de alguien y sacar el primer puesto, irse a dormir con lo puesto, soñar sin saber hacerlo, corroborar la existencia de un desayuno, emparcharse las secuelas de abismos digeridos, ocultar la cara de lejanía, sentenciar nuestra vuelta al olvido, no sorprenderse de nada, seducir a quien no advertimos, ser olvidados por quien necesitamos, entrar en la incoherencia, filosofar de lo absurdo, sentirse reconfortado, consagrar ideas, lograr la relajación total, ir en busca de lápiz y papel, fallecer en el camino. |