Y palabras seguían saliendo de su boca, en exceso pensé..
y decía,sinceramente lo que quiero es...
mientras mi cabeza volaba por sauces reveladores de tiempos de incesantes amores y caricias arrolladoras entre pastos innecesariamente verdes y sus manos que me amaban cada cuanto y con deseo y tus labios necesarios con el café de la mañana por los días que nos falten de aquí hasta enfrentarnos con el adiós infernal, llenos de tanta pasión como el primer verso que hice, como la noche en que te amé bajo las sábanas por primera vez, por cierto confieso, de las mejores que he vivido sin quizá haberla vivido aún, mientras los días se me iban como trenes al pasado, con pasajeros pasionales y tus piernas que invitaban a beber del elíxir tan amargo de hacerte el amor como la ceniza del cigarrillo que no consigo despegar de mi boca ya entregada, que de dueña nunca cambia, como las tristes melodías que nunca podré entonar porque no sé cantar, porque no quiero o simplemente cuando lo haga en un instante moriré y un popurrí de pensamientos tan inoportunos se agolpan en mi pequeña conciencia, la que me permite aún el alcohol de tu desnudez conservar para mí mismo, para la alcoba y para dártela de noche y junto al mar, y que problema se me hace no poder verte a los ojos porque sangro, muero y lloro cada vez que parpadean y me dicen que me amas, pero ya no me has de amar, mientras siga habiendo luna, y versos que nos falten que problema, que problema...
...y que problema cuando me dijo
qué opinas
sin decir nada me levanto de la mesa, pago la cuenta y me voy solo de nuevo... otro día le respondo, me dije a mi mismo |