Insinuas explorar el silencio,
pero tus ojos gritan afiebrados.
Buscas aislar el pensamiento
entre sueños de colores desbocados.

No hay lazos que nos unan al camino.
La muerte cotidiana nos bifurca.
dramas impregnados de vacío
trazan el laberinto de la angustia.

Caes indudable entre cenizas,
perdida del amparo de tu sangre.
Tu amor es un cuerpo que agoniza,
victima del latigo de su hambre.

La carne se busca por instinto,
el alma se aleja por tristeza.
Jadeos que limitan lo distinto
de una vida disociada en su entereza.