Una tarde de invierno te regalé mi amor.sabiendo que morías.
Mis pasos y los tuyos sobre hojas de cobre
ansiosos caminaban.
Bocanadas azules salian de la bocas del frio que quemaba tu mejilla y la mia.
Y pasaste tu brazo con cierta displicencia sobre mi hombro aterido y te sentí tan mío.
El perfil de los árboles,escolltaba los pasos que lentos caminaban .
Sentí que te quería más que a mi vida misma y me apreté a tu brazo en un gesto de amor tan lleno de cariño, que de pronto dejaste tu seria parsimonia
y abrazandome fuerte musitaste a mi oído:
no me dejes ahora que el frío´ congeló, los besos que guardaba.
No me dejes jamás.
Júrame tu cariño y marquemos en los árboles
nuestras dos iniciales.
Sentí tu sufrimiento ,debajo de la ropa y me abrazaste fuerte
Y por dentro rezaba congelada mi alma suplicante:Señor,que no se muera,si esta lleno de vida!.
No lo condenes así a dejar de vivir,a dejar de mirarame
con esos ojos suyos tan llenos de dolor.
Llévame a mi también si has de llevarlo a él.
Haz su dolor liviano y su pulso potente.Que el amor le de fuerzas para no claudicar.
Lo amo tan profundo,que una fiera es mi alma,para poder defenderlo de la muerte alevosa.
Y te abrazaba a mí.Y enjugaba tus lágrimas que mojaban mi seno,tibias y suplicantes.
No lo lleves Señor!.
No lo arranques asi de mi amor arraigado.
Pero te senti débil y tomamos un taxi para ir a tu casa.

Te deje sollozando en brazos de tu madre.
No me olvides ,mi vida me dijiste al salir y yo arrodillada me juré no morir.
Para llevarte vivo como ardiente estandarte.Como antorcha viviente sobre mi corazón.
Diamantes parecian las lágrimas postreras que tu amor derramó.
Y pasaron los días y tu dulce agonía me enseño a resistir.
Ay,mi amor desolado lleva mi corazón a tierra de los ángeles,para vivir en tí
Adiós amor.Adiós


rosa tenue