Espero una tarde lenta
de neblinas y garúas...
Una tarde en que los púas
entre grapas y coñaces,
escuchando los compases
de gotanes del cuarenta,
acrediten en mi cuenta
haciendo algún comentario,
que se acuerdan del otario
con berretín de poeta,
vencido por la gambeta
que le jugó el calendario.
Espero ser, esa tarde,
uno más en el rebaño.
Acodado en el estaño
con los de cuerpo presente,
una sombra entre la gente
parroquiana del boliche,
con la curda del espiche
y estando del otro lado...
seré un fantasma mamado,
que de la vida hace alarde!
Dedicado a los muchachos del boliche "La esmeralda", mis inolvidables amigos: "Cepillo" (el filósofo), Don Castro (el eterno cascarrabias), el alemán Regner, el carpintero Mena (maestro de las tres bandas con mashé), el albañil Pirez, el cartero Molina (la vieja), el colorado Grandi y su hermano Domingo, Baldebenito (el viejo Fenómeno), Picota (el judicial), el inefable Pepe Badilla, el Lobo Ibañez y tantos otros...
ergo, con un brindis a la nostalgia. |