Preciosa heredad nos vio nacer
cada cual con su banderín
cada quien con sus confines.
- Pero linda la perpetuamos.
- Cada quien en su interior.

No te dejes amilanar
por los vecinos que te aborrecen
por los mismos que te relegan.
- Eres linda y te rondamos.
- Y guardamos al inferior.

Las fronteras nos parten;
numerosos ríos también,
pero eres de nosotros
y por ti residimos aquí.

El mayor y el querubín
son parte de tu casta
fuera del apóstata que desea
- otra nación te oprima.

Eres agraciada y baja
con lagos y montes vírgenes
con vertientes y desiertos únicos
eres la América Latina,
en que todos cantamos.

Dios tenga misericordia; por nosotros,
si dejamos que el oso con camisa roja
nos domine.
Si dejamos que el águila desnuda e hipocrita
nos aniquile.
Dios se apiadé si no luchamos por ti.

Unidos estaremos
frescos de amor y guerra
pendiente de las garras
que ya a todos nos asechan.