Sobre las tiernas hojuelas de tus pasos al viajar
veo la clara realidad de un cariño ya por deslumbrar.
Creo serenamente en todo lo negado, hasta hoy,
pero más creo en ti, que me has dado todo.
Entre una de aquellas hojas; que talvez diseminé
me he ya juntado con tu recuerdo y con tus pies.

No corramos tras la mañana es imposible atinarla,
caminando nos ha de pasar si queremos, quizás girar.
Es sobre tu nombre, manuscrito de las hojas, que te encontré
junto a una fuente de flores blancas que te resguardan feliz.
Concédeme esta noche, sin que despertemos ya lasos
de los trágicos repasos que ya han sido siempre negados.

Siembro con mis sones y letras tu regalo ingenuo
que guardabas en tu bolso marrón, junto a las hojas
que siempre protegían tus blancos y sucios pies claros.

Han florecido en este finito verano, flores, blancas,
blancas que recuerdan los estragos del invierno pasado
sobre la piel de tus cabellos que nada recuerdan.

- Si te ame, nunca los sabrás si logre el final. -
- Si no lo hice, igual, nunca los sabrás todo. –

Los grillos anunciaran el atardecer veranero
con sus sonidos infatigables, para demostrar
que este amor fue más que grande, fue sincero,
si la quiebra plata alumbra tu paladar, todo fue verdad.
Pero no sabrás; si te ame o solo quise insinuarte.