las prequeñas veces que me siento inteligente, las pequeñas veces que creo servir para estar algo dispuesto a enterarme de la sensación absoluta de ser humano, es cuando te hago reír.
las pequeñas veces que me siento feliz, es cuando te veo reír, cuando te veo suspirar, cuando te veo hacerme bromas, jugar, alinearme, desvestirme de miedos...
tendido en tu mano reposa un felino... con odio, todavía, en el cuerpo, grabado, el odio, en el cuerpo, todavía, esperando que ayer sea, al fin, un recuerdo lejano de aquello que, al fin, hoy es una mala sensación de haber tenido, ayer, una pesadilla. |