Se encendió en la oscuridad el lucero de la realidad, las palabras fluían de una inmensa soledad.
El sol era cubierto por las nubes, pero igual era el sol y era visible.
Se encontró en el silencio, intentando recordar esa poesia muerta que solo llegaba a ella con la tristeza.
Las palabras salian , no tenian sentido: amor, rencor, dolor, alegria y tristeza.
El tiempo corría y su alma moría, moría su pensamiento, pero sabía que esto terminaría y que en realidad ya nisiquiera existía.
Las palabras se reusaban a comunicar historias felices, eran palabras malditas, como la belleza, que maldice al que la posee, por que no puede estar seguro de quién lo quiere.
Estaba en el sendero, ese sendero que al parecer no tenía fin, pero eso no era seguro, podía terminar en menos de dos segundos.
Se encontraba feliz, la noche, aunque hermosa pero a la vez fria, habia terminado.
Había reencontrado lo que tanto había anhelado. |