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Inicio / Cuenteros Locales / andres_fritz / 2 Horas Por Kilómetro (Segunda Parte)

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Lo único que veía en ese momento era un poste del alumbrado que me parecía haber visto antes. Era un poste familiar. Y estándar. Un poste familiarmente estándar. Me sentía verdaderamente confundido, por un momento pensé que me había quedado dormido y había despertado en la plaza, o que la plaza era el sueño, no podía especificar. Me costaba trabajo tratar de hilar mis pensamientos, cada cinco segundos me acordaba que estaba sentado en una plaza y que era de noche, pero no me acordaba de cómo había llegado hasta allí. Me hacía muchas preguntas y no hallaba el tiempo para respondérmelas todas. Por un momento pensé que estaba dentro de un sueño y quería sacudirme para despertar, pero estaba como paralizado, simplemente no podía mover los brazos. Traté de escuchar la conversación, pero cada vez que miraba a la persona que hablaba, ésta cerraba la boca y sus palabras se iban a la persona de al lado, así que por un buen rato no pude enfocarme en los diálogos, ocupado como estaba tratando primero de perseguir las ideas. Creo que en ese momento algo cambió, sentí como un giro inesperado y por un momento me vi a mí mismo. No lo puedo explicar, fue como si yo tuviera una cámara de video y me estuviera filmando en un espejo. Me miraba mirándome. Y todo se volvía tan confuso. Y me miraba como pidiéndome explicaciones, pero no me podía responder. Y me acordaba cada vez menos de cómo llegué hasta aquí. Y no me podía responder. Y cada segundo que pasaba no me podía controlar. Me estaba yendo de allí, pero...no me alejaba...me iba no yéndome. Y todo era tan confuso...y me miraba...y no me podía responder...y...como que me veía...y...
...era de la buena...


Cinco minutos después, Alberto saca un cigarrillo, lo enciende y comienza a fumar. Saca otro y se lo pasa a Andrés. Él mira hacia todos lados con sus perdidos ojos rojos y lo acepta. Por un momento mira desconfiado a su alrededor, pero cuando Alberto le convida fuego sus ojos se enfocan en el cigarrillo. La conversación está tomando su curso habitual. Freddy, el más lúcido en esos momentos, está conversando con el Muerto acerca de una pelea en la que casi pierde un diente. Yasmina apoya su cabeza en el hombro del Muerto. Las dos personas que habían llegado después habían invitado a otras dos personas a sentarse con ellos. Freddy se acerca a Andrés y murmura algo así como “demasiada confianza”. Alberto alcanza a escuchar y asiente, pero no estaba con el ánimo de levantarse, menos Andrés, que recién parecía darse cuenta donde estaba. Alberto parece acordarse de algo:
-... Freddy, Andrés. Acuérdense que mañana en la mañana hay prueba de Lenguaje.
- Estay loco, Beto, eso fue la semana pasada.
- Sí, y nos fue re mal.
-...Mmm, verdad...
Todos se rieron. Alberto se fijó en la única persona que estaba seria.
- ¿Qué onda, Muerto?- preguntó.
- Ando re mal. Es que a ustedes no les conté. El otro día se murió mi tío.

* * *
Las 11:00 a.m.. El living tenía un olor a flores marchitas y estaba lleno de gente vestida de luto. Se escucha un sollozo continuo. Las mujeres con sus lentes oscuros y el maquillaje corrido. Los hombres demasiado peinados tratan de no dejarse llevar por la pena. Un joven está de brazos cruzados en un rincón de la habitación. Con su expresión dura y su terno, cualquiera pensaría que tiene al menos 21 años. Pero todavía tiene diecisiete y cursa cuarto año medio. Es el sobrino del occiso. Mira a todos lados con una especie de rabia contenida en su rostro.
- Branko...
El joven no responde. Sigue con la mirada perdida en alguna parte.
- Branko! Te estoy llamando.- Una señora se acerca al joven y al tomarlo de la manga, lo saca de sus pensamientos.
- ¿Qué pasa, tía?
- Es todo esto. Creo que no soy capaz de tomar el cargo de todo lo que me dejó tu tío, Branko. No sé que pasa a partir de ahora.- De sus ojos hinchados de tanto llorar vuelven a aparecer lágrimas.- Simplemente no sé qué hacer.- Se sienta en la silla más cercana.- Hazme un favor y tráeme un vaso de agua, Branko.
La luz a través del vaso lleno de agua le daba un toque misterioso, casi irreal. Branko mira hacia la ventana a través del vidrio del vaso. Todo se ve inestable y fantasmal. Por un instante pensó cómo sería la sensación de verse a sí mismo en ese instante, mirándose mirando a través del vaso. Queda mirando al vacío de nuevo, y le da una mezcla de risa y pena. Se da cuenta que no le respondió de inmediato a su tía, porque no estaba acostumbrado a su propio nombre. Estaba acostumbrándose demasiado a que le dijeran Muerto.
- Branko.- Se dice a sí mismo.- Branko, despierta.

* * *

CONTINUARÁ.-

Texto agregado el 27-02-2004, y leído por 142 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
15-02-2005 una transicion de historias y poco brusco.. y el texto un poco confuso..como te djie ahora quiero leer todo el texto..y ya te dejare mi comentario al final.. me agrada tambien ver en esta segunda parte parrafos, que le dan una secuencia mas suave a la historia. searay
 
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