Dime tú,
Cariño del otro pasaje,
en qué parte de tu sonrisa escondes mis restos/
¿Será acá sorprendente el poema tantas veces escrito con el mismo
lápiz?
Casas de años
Pizcas de arrugas
Pizcas de otra;
Otra con la que me viste pasar cuando cerrabas los ojos,
Pretendiendo también cerrar los míos,
Y yo lecho la culpa al lacho
Joven de letra infame y mal tejida
Sover
vio en ti la escena aplastada
Ahogada/
Y te vio colgada en el norte de su vida
Con la cuer
Dabas y escupías
afirmabas la portentosa y celeste espalda de tu cue
Yo que tantas veces te leí y pronuncié ese vocablo tipi
como cuando por la calle del 14 vimos esa micro subir triste por debajo de mi ca
¿sabes?,
El tipo que dormía contigo no hace mas que morir todas las veces que te estrellas triste, ciega a ese conde
nado por el aire
Y por el agua del recuerdo
Y los ahoras
Y los después
Y tu cara de cerca,
tan cerca que no te distingo.
Mas sin y con embargo estas ahí,
esperando mi frívolo mensaje tapado a mas no poder
de palabras indis puestas una frente a otra
sin medición, copia de copias,
y la letra
y la idea:
¿No es lo mismo acaso el amor del pobre por su muchacha pobre,
que el amor de la muchacha rica por su muchachín chín?
(no, no es lo mismo)
El retrato
Mis retratos después de los tuyos, oh hija mía,
Poesía , poeta, mujer, madre, amante, violadora y asesina mía
no te se-pa-re-ce tu voz ni al triste y monocorde canto del cura,
Ni al maullido del gato que ronda esa calle vacía
Esperando a su
Amo-rr y estrella, ahogo de envida de otras, de otros y de ti misma,
en el suspiro que es la vida,
eres para mi universo,
con tu día a día,
con tu hora ahora
con tu elegancia diva-viva de las calles que dan a mis ojos hechos y perforados por el acontecimiento de tu encuentro/
¡/dame el instante de tu trascendencia/!
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