Preliminares I.
Hasta aquella tarde no me plantee si mi novia disfrutaba o no del sexo conmigo, pero aquella tarde escuché a la sexóloga, hablando de los preliminares, de los fingimientos de orgasmos, de las distintas velocidades etc…
Para mi el sexo era algo natural, instintivo, pero ahora de repente paso a ser algo estructurado y con manual de instrucciones. Así que me dije que esa noche, mi novia iba a disfrutar del mejor polvo de su vida.
Compre un besugo, para hacerlo al horno. Una botella de vino blanco, y un ramo de flores, además de un CD de música romántica como hilo musical; después empezé las instrucciones de la sexóloga: Me hice dos pajillas para que el momento del sexo no acabara demasiado pronto. Mi novia y yo nos citamos en un bar cercano a mi casa.
Cuando apareció; nos besamos y me dijo que estaba fatal le había subido la regla y que lo único que le apetecía era ir al cine. Así que fue la primera vez que me hice dos pajas para ir a ver una película de Wody Allen.
A las dos semanas volví a la carga. Esta vez vino a cenar a casa, puse la música, le entregué el ramo de flores, y nos sentamos a cenar. Entonces me acorde que no me había hecho las pajillas para durar más en la cama. Levantarse en mitad de la cena para ir al baño no queda bien, no es romántico. No iba decir bueno cariño me voy a cagar luego vuelvo; o me voy hacer unas pajillas. Al final se me ocurrió decirla que iba recoger la cocina mientras ella preparaba unas copas. No contaba que ella insistiría en ayudarme hasta ponerse muy pesada. Así que tuve que utilizar la excusa del baño, llegue al baño y me puse manos a la obra. Y cuando estaba a punto; .sonó la puerta “¿Cariño, estás bien?.” correrse y hablar al mismo tiempo no es tarea fácil. “no…stoy bien..ahhh!”, jadear mientras te preguntan si estás bien; es aún peor.
Salí del baño, rojo como un tomate y sin saber que decir. (Continuará)
|