Aspiro el humo de mis propias cenizas,
inhalo el olor de la muerte por doquier,
en cada brizna de hierba que no volverá a crecer,
en cada ocaso abandonado por su amanecer.
Aspero el tacto, sucia la madera,
el tercipelo rasgado, olor a muerto,
¡Bienvenido de nuevo a tu ataud,
disfruta del cementerio!
Y no hay luz ni viento ni agua,
que limpie ni ilumine tal profundidad,
bajo tierra todo es igual
con mas peso y menos luz,
y si aire para respirar.
Aspero el tacto, sucia la madera,
el tercipelo rasgado, olor a muerto,
¡Bienvenido de nuevo a tu ataud,
disfruta del cementerio!
¡Golpea, golpea! Hazlo y siente
como se astillan tu huesos,
sin sustancia, ya cadavericos,
no hay ventanas ni hay puertas
para salir de Bajotierra.
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