La mañana llega lentamente, y con ella tu recuerdo tras los cristales del tren. Te veo en el andén. Te llamo y me miras. Apoyas tu mano en el cristal; la mia también, y por un momento parece desaparecer el vítreo frío que nos separa. Me sonríes y en tus labios dibujados puedo leer un "te quiero" teñido de azul. Del mismo azul que tus ojos; del mismo que tiñe el cielo en los atardeceres de primavera. Suena el silbato del tren; ese que te hace desaparecer tal y como viniste: de repente, sin avisar; como la visión que eras.
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2007,R.M.M
Texto agregado el 10-04-2007, y leído por 245
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Lectores Opinan
09-08-2007
hola ya tiempo sin meterme a esta cosa, cuestiones de tiempo...me gusto es como si me pasara una pelicula frente a mis ojos..***** np1084
12-06-2007
es hermosísimo... eres grandiosa, reflejas sentimientos con tus textos. astridcomet