Me niego...

A celebrar el "Día del Tirabuzón" sólo porque nadie antes lo había pensado.
Me niego a utilizar pantalones vaquero marca patito para demostrar que no estoy "out", mientras me devoro mi hamburguesa "McPato" escuchando mi "cedé" de última moda en la esquina de La Alameda para darte una tarjeta en la cual "Wholemark" ya ha decidido las palabras que describen lo que por ti yo siento en este día que es más especial que ayer porque en el calendario lo han marcado así los señores de la Calle de Pared.
Me resisto a vestirme de azul sólo porque a algún destachavetado-diseñador-Vuitton descubrió las ventajas de diferenciar con colores a las personas de uno y otro sexo sin mencionar que esa decisión fue el engendro de una noche calenturienta de mezclas mezquinas de tragos y papeles (el de los actores esos y los diseños aquellos) en las que las únicas cosas útiles y de valor se quedaron tras las puertas cerradas de su decadencia inmoral.
No quiero creer en las ventajas de usar champú "Lorito" y jabón "Lavatodo" para lavarme el cuero o los pocos trapos que tengo para cubrirme la rabadilla. Ni tampoco en las ventajas de tener el coche más moderno y veloz del planeta Azul cuando soy tan feliz con mis pies descalzos corriendo sin parar por la pradera iluminada donde corres también vos.
Me niego a negarme a mí mismo na' más porque a los sabios de nuestra actualidad se les ha ocurrido la idea de la vida eterna en forma de chupete de niño mimado.
Me niego a abandonarte cuando te veo acosada por demonios sonrientes a las puertas de tu casa o tu trabajo o tu terraza tan limpia y alta y pétrea.

Me niego a los que me obligan a negarme lo que soy haciendo panecillos de Todos Santos a nuestra costa y elucubrando otro golpe certero a nuestra razón de existir. Me niego.