Sueños Nocturnos.

Eres tú, la que amo, fiel forma de mi pecho.
Tu figura danza en mi memoria como una hoja vieja que
Baila en el viento de otoño.
Y me contengo cada vez que la primavera me trae tus secretos.
Eres la brisa nocturna que me envuelve en su hegemonía.
Cuando estas lejos las cosas se entristecen por tu ausencia: el pan
Se endurece, el cielo se torna melancólico y mis manos se ensucian.
Eres la fiel forma de mi corazón, con tu sonrisa le das voz a las aves que
Vuelan llevando tu mensaje por el viento.
Cuando eres feliz los noctámbulos se olvidan de las noches perdidas y caminan por las viejas calles de siempre buscando el amanecer de tus
Ojos.
Es que cuando tu duermes yo existo y cuando tu despiertas yo sueño y
La tremenda noche no me alcanza.
Te veo como la chiquilla que usaba aquella faldita a cuadros, buscando la verdad de los ángeles que la rodean y, mirándome de soslayo, me descubres cuando me entretenía con los terrones de azúcar olvidados
Sobre la mesa.
Eres tú, la que huye, cuando ve que la felicidad amenaza con destruirlo
Todo y sería más prudente mirar el cielo de la noche buscando una estrella
Moribunda para pedirle un día mas de consuelo.
Pero la noche no tiene estrellas, solo luces viejas de un mundo desconocido y antiguo que permanecen indiferentes y quietas ante el dolor humano.
Y tenerte es la absurda esperanza de un pobre ante la certeza de que eres tú, y no otra, la que amo, en una noche tan larga como la vida misma.
Y en el silencio de los sueños espero encontrarme nuevamente
Contigo.