Las cartas estaban en la mesa, y solo quedaban los dos contendores mas fuertes. Uno de estos era yo, el otro era dificil de saberlo porque mucho misterio lo circundaba. Era un juego de mucha presion. Ninguno de los dos daba signos de querer dejarse vencer. La cuestion radicaba en quien iba ser el mas fuerte. El misterioso, como lo voy a llamar por ahora, dejo caer una carta sobre la mesa boca abajo.. Era ahora mi turno de tomarla o por el contrario hacer una nueva jugada.El problema radiacaba realmente en tomar la desicion sin saber que carta era. Pero como en todo juego existen riesgos y en este caso preferi no tomar la carta.El misterioso le dio vuelta y se dejo ver el exito. Esta revelacion me causo un malestar muy grande, era una de las cartas que mas habia estado buscando y la habia dejado pasar. Pero no todo estaba perdido, tras una corta cabilacion, deslice al misterioso la carta de el miedo, demostrandole asi que le devolvia lo que no era mio. A continuacion el misterioso con una mirada desafiante dejo caer otra carta. Yo decidi que esta vez si debia tomarla, y acerte era la carta del amor una de las mas, sino la mas importante. El juego ahora se prolongaba por horas, dias ,parecia interminable. Pero mi mano mejoraba, poseeia cada vez mejores cartas para enfrentar mi adversario me sentia mas fuerte. Pasaron los años en este juego y el misterioso como siempre firme. Decidi entonces romper mis miedos y preguntarle su nombre, el respondio: Me llaman Vida, pero el nombre que me has puesto suena mas acertado. Hasta el dia de hoy sigo en este juego que si bien podria verse absurdo por no tener un obejtivo, ni unas reglas, tengo un digno contendiente, yo mismo.