Querido niño:

Un año más, fiel a nuestra cita, me he acordado.Ya sé que hace tiempo prometí no volver a escribirte pero, como bien sabes, amor huye, raudo, a la menor señal de inestabilidad... Esta vez, travieso niño, no pido amor, no, no quiero que me busques galán alguno porque ya lo tengo. Cupido, no se si es de tu competencia,desesperada recurro a ti, amante amigo, puesto que este año me desilusiné.
No hace mucho, perdí la movilidad, no soy tan rauda y , con toda probabilidad no recuperaré la agilidad perdida. Supongo que comprendes mi pena puesto que posees una movolidad sin la cual, me consta, también tú serías desgraciado. Quisiera que me ayudaras a paliar sus consecuencias.

LLevo dos semanas sin apenas salir,enclustrada entre los muros de mi hogar, sola.

¿Recuerdas lo que hace años me susurraste?

He sido para mis amigos, su punto de apoyo, fiel camarada al lado de ellos cuando me necesitaban. He tratado de hacerles la vida mejor... y pese a mi entrega, creo que no fui la mejor amiga y, no supe aliviar sus dolores...fracasé, es como si no hubiera hecho mas qu destrozar sus vidas, amargarlas. y lo digo porque para la inmensa mayoria, darme apoyo, ánimo,era una obligación. Uno a uno les libré de la carga creyendo que vendrín,pensando que lo harían porque les apetecía. Y me ví sola, herida en el orgullo.
He repasado cada una de las partes del tapiz de mis amigos y, no hallo respuesta...siento que en los momentos difíciles que cada cual me confesó o intuí, estuve.Aunque, hay algo, amigo mío, que se oculta tras mi ceguera. Muéstrame la verdad, si no supe ser leal para disculparme y agradecerles a todos que me abandonaran,que se libraran de la pesada carga de soportarme.

Te suplico que me guíes hacia mis verdaderos amigos y, si no se lo que es amistad, enséñame a alejarme de sus caminos, librándoles de mi carga.