Imaginense sentir que Jesús está justo ahí, a tu lado, pero no me refiero al hecho de saber, como todos ya saben, que Jesús está a nuestro lado, me refiero a sentirlo de verdad, a poder hablar con Él.
Semana Santa, tiempo de conversión , tiempo de reflexionar y dar gracias, al que, aun sin conocernos, murió por nostros, el que nos dio a su madre, a SU PROPIA MADRE, cómo dijo alguien alguna vez:
¿Cómo decirle NO al que nos ha salvado?
Ayer fue la primera vez que vi a cristo crucificado con otros ojos, he cambiado mi forma de ver a Cristo. Me he dado cuenta que el camino que he caminado hasta ahora, no ha sido el mejor y que al final de este camino izquierdo también está aquel camino derecho, que por el cúal he optado esta vez a seguir por qué simplemente, el camino izquierdo, Jesús lo ha dejado atrás conmigo, me ha ayudado a aceptar este camino de sacrificio y entrega hacia Él para convertirme en una mejor cristiana, por fin caminar tranquila, llegar a la felicidad extrema, llegar a Dios.
Y así tendría por fin el sentido de la vida, y así me doy cuenta que no simplemente me basta con decir "Sí, creo" cuando en realidad no es así, me basta con creer y SENTIR, sentir que el Señor está aquí y ahora conmigo, sentirlo dentro de mí.
Estoy aquí pensando en el tanto tiempo que me sobra para tan solo poder elevar el rostro a verlo a Él, cómo debió de haber sido siempre, y ahora no sentir que le debo mucho, cuando le gente me dice que en realidad no le debo nada porque soy humana, porque cometer errores, cometer pecados es normal, a pesar de que no es bueno, y es bueno ir disminuyendo la cantidad de pecados, errores, distancias, lo que sea que me aleje de Él.
De pensar que ayer un "Sí, creo" sin sentido se escapaba de mis labios, y que hoy lloro al verlo ahí frente a mi crucificado, con yagas, clavos en sus manos y pies, un corona de espinas, viéndolo sufrir, por nosotros, por mí.
Detengámonos, ahora a pensar en todas la veces que he mirado al cielo y sentir que nos está viendo, que está mirando todo este "mal camino" que he tomado hasta ahora. Y despertarme ahora cada mañana y sentirlo a mi lado, detenerme a hablarle, a mirarlo.
Saber que Él en relidad resucitó, y saber como no ser como Tomás, no tener que "ver para creer", sino simplemente creer.
"Mirad mis manos y pies, soy Yo mismo".
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