Embarazo de una noche.
Una noche extasiada de drogas y alcohol, creí que amaba con toda mi piel al hombre,
a ese hombre que nunca quiso madurar y que me doblaba la edad.
Resultamos ser, para variar, dos sacos de papas al día siguiente, encogidos ahí, por la angustia que una droga fuerte puede regalar… no éramos nadie, sólo un inmenso pedazo de soledad y nos mirábamos, pidiéndonos ayuda, uno con el otro, pero no pudimos, sólo dormimos al día siguiente, aunque abrazados… siempre abrazados.
Después de un tiempo me di cuenta y lloré, mi menstruación jamás llegó, y como es todo tan justo en esta vida, y como todo se paga aquí, me impacté, estaba embarazada… de esa noche escasa de escrúpulos.
Hoy te veo, eres una mujercita con mi misma mirada, pero con la pequeñísima nariz de tu padre y no tienes culpa de nada… tampoco tengo yo la culpa.
El destino quiso que te concibiera, el destino quiso mostrarme la salida más sana… tenerte en mis brazos para siempre
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