Con bombones y flores,
pero despiertas para la lucha.


“Mientras vamos marchando, marchando, gran cantidad de mujeres muertas
van gritando a través de nuestro canto con su antiguo reclamo de pan:
sus espíritus fatigados no conocieron el arte y el amor y la belleza
¡Sí, es por el pan que peleamos, pero también peleamos por las rosas!”

de la canción popular “Pan y rosas”
de James Oppenheim, 1911
Trad. de Andrea D”Atri.




Un 8 de marzo de 1857 las obreras de una fábrica textil de Nueva York se declararon en huelga como consecuencia de las extenuantes jornadas de doce horas y los salarios miserables que padecían, las manifestantes en clara reivindicación de sus derechos fueron duramente atacadas por la policía.

Cincuenta años después, en marzo de 1909, 140 jóvenes murieron calcinadas en su lugar de trabajo, encerradas en condiciones infrahumanas. Sin embargo ese mismo año, otras 30.000 obreras neoyorquinas se declararon el huelga y fueron otra vez reprimidas por la policía. Pero con las marcas de las heridas latiendo demandas, lograron la adhesión del estudiantado, las sufragistas, los socialistas y varios sectores de la sociedad.

A principios de 1912, en la ciudad de Lawrence, Estado de Massachussets (EEUU) estalló una huelga conocida como “Pan y Rosas”, protagonizada también por obreras textiles que con esa consigna, sintetizaban sus demandas por mejores salarios y condiciones de vida. La magnitud de este conflicto, cuyos comités de huelga instalaron guarderías y comedores comunitarios, alcanzó a todos los diarios del país y al mismo parlamento, sumando acciones solidarias con las huelguistas.

Clara Zetkin ya había propuesto que se instaurara el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer en 1910, durante un Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, en homenaje a todas las trabajadoras que habían llevado adelante las primeras acciones organizadas de mujeres trabajadoras contra la explotación capitalista.

Muy pocas veces se aclara el cúmulo de sucesos históricos que han hecho del 8 de marzo, el día de la mujer trabajadora, y que no se debe únicamente a un circunstancia puntual sino que es el resultado de un cúmulo de esfuerzos de lucha por reivindicaciones que tienen que ver no sólo con una cuestión de género sino también con una inexpugnable pertenencia de clase. Es bueno recordar que en 1879 Olimpia de Gouges estableció por primera vez los derechos de la mujer y de la ciudadana; sobre cuyos cimientos, Mary Wollstonecraff escribió la Vindicación de los derechos del hombre y poco después en 1792 la Vindicación de los derechos de la mujer.

Nuestros días transcurren en una sociedad que perversamente estimula su algarabía en esta fecha con chocolates, flores, serpentinas y matracas, espejitos de colores dónde la realidad nos demuestra que no hacen más que dejar encubiertas situaciones altamente controvertidas.

Aún así es un día que debemos preservarlo, no para los fuegos artificiales pero sí para instrumentarlo como plataforma de lucha, los tiempos contemporáneos nos dan múltiples indicios de que allanarse únicamente a los ositos de peluche, una vez más implicaría sumar puntos a una inmovilidad lacerante, sería resignarse a modificar algunas cosas para que todo quede igual.

Cualquier habitante de esta ciudad de los Buenos Aires, es testigo de la gran cantidad de hombres, mujeres y niñ@s que deambulan por ella, en absoluta indigencia, durmiendo en oportunos recovecos, victimas de la más absoluta desprotección. Los desafío a que hagan cada mañana un recuento minucioso y verán que cada día una nueva parición suma dígitos para una estadística ignorada.

Asimismo,si leyeron los diarios de estos últimos tiempos, pueden dar cuenta de los casos en que se judicializa la demanda de niñ@s violad@s por su entorno más cercano, impidiéndoles asumir un aborto terapéutico con el que la ley las protege.

No seamos hipócritas se judicializa la pobreza, porque si la niña perteneciera a una clase social más pudiente seguro que se haría efectivo por algún camino no sólo más directo sino con mayor protección para la salud integral de la menor y sin que se mediatizara la problemática. Pero claro, como una vez respondió una muy prestigiosa, diputada, luego senadora, y con una participación muy activa en defensa de los Derechos Humanos :“el aborto es un tema piantavotos”.

Compañer@s hay que sacarse las caretas y hablar de manera más transparente, quizás sea políticamente menos correcto, pero nosotr@s lo sabemos con conocimiento de causa, no es ni fácil ni cómodo.

El tema de la mujer, el de los desposeídos, el de los falsamente protegidos por una ley para la que algunos piensan la trampa legal para revertirla , es sustancialmente un asunto de libertades.

Libertad por la que debemos preguntarnos ineludiblemente, ¿ libertad para quién?, ¿libertad para qué?. Libertad para cuestionarse como puede ser que un país que supera cifras impresionantes en recaudación de impuestos, tenga hospitales no sólo con personal mal pago sino con una atención y una situación edilicia deficiente. Escuelas que no se sostienen, falta de material didáctico y maestr@s con sueldos de miseria. ¿ De qué ley de educación me hablan si desde siempre se desjerarquiza la tarea docente , en el nivel que se les ocurra?

Mientras, miles de hogares coexisten debajo de la línea de pobreza, y millones de ciudadan@s carecen de un trabajo digno.

Libertad por la que much@s se despellejaron dando su vida , libertad por la que otros sangran, luchan y perviven parafraseando a Miguel Hernández.

Soy mujer, férrea defensora de estos derechos que fueron mancillados desde allá lejos y hace tiempo,y que aún hoy persisten endebles o encubiertos con disfraces varios, y hago todos los días manifiesta expresión de un feminismo que se hace imprescindible desde el llano y no desde el cómodo sillón del country, pero no dejo por ello de desprenderme de una piel que brama por una mejor distribución de la riqueza.

Hay bolsillos de marca registrada que se rompen con el peso de monedas excedentes, y hay otros bolsillos agujereados en el vacío.

Volvemos a preguntar ¿dónde van esos recursos?,¿abundancia para quien?. Si las arcas están llenas, porqué hay unos pocos que tiene tanto groseramente alardeado desde una prensa que los muestra impunemente, y tantos pero tantos otros ,que apenas viven con media moneda diaria o con los restos de las bolsas que los representantes del imperio dejan en la puerta de sus cadenas generosas en indigno descrédito.

Hoy que el recuerdo y el homenaje sea para las mujeres de temple y coraje que corren por el mundo marcando estas injusticias y quizás haciendo que otras nos animemos a más , como podemos o como nos dejan, posibilitando las marcas para un porvenir sino de mejores perspectivas - por lo menos - con algunas señales de emprendimientos sustentados en una ética solidaria, de mirada y acompañamiento del otro, lo único que nos hace tangibles y preservables de alguna manera o en algún lugar... que sea hoy un día con bombones y flores, pero siempre despiertas para la lucha.

Silvia Haydeé García
marzo 2007

Este artículo fue publicado la primer semana de marzo, en el diario "4,30" de distribución gratuita, perteneciente a la Sec.Capital de la AEDGI.