Se conocieron en una noche de tormentos. Ella llevaba el nombre del dolor en su pecho, el la traición de un tormento, de un pasado común. Ella se comportaba normal, atraída a su boca sin igual, el muy encantado con su rostro, con su sonrisa, su perfecto cuerpo. Los dos fascinados por una flecha en sus corazones, se quisieron conocer más de cerca… El, con un temor en su cuerpo, ella con inseguridad de sus sentimientos, se acercaron ambos a decirse lo que sienten. El, con una mirada un poco segura de un rechazo, y ella con miedo de saber que el no era quien verdaderamente esperaba. Se miraron ambos con una mirada esperando amor, y el le dice, “te amo, nunca te dejare”, ella repite sus palabras, con un murmullo, se besaron frente a un pórtico. Ellos caminaron durante horas, diciéndose el frenesí de sus sentimientos. Una historia en particular amigo, pero seguiré contando que, el quiso declararle su amor, ella sentía lo mismo por el, sin palabras ella salió con el una tarde de rosas, frente al cristalino mar de las ilusiones, caminaron juntos por los deseos, riendo como hermanos, amándose como dos bellos pájaros, y el se sentía tembloroso, ella le pregunto, y el no le quiso contestar, solo supo que a ella la amaba, y no la iba dejar volar, entonces trato de contenerse las palabras diciendo cosas entre cortadas, como un “te… te… te… amo” pero aun nada… Ella lo veía con un rostro de miedo, el estaba con sus manos temblorosas, y con sudor. El miedo se lo limpió con su negra sudadera, y ella lo miro fijamente, trato de saber que es detrás de todos sus miedos. El salto de rabia, ella le pregunto que le sucedía, y el respondió, “no se como decirlo, tengo miedo de decirlo”, ella trato de saberlo, y le dijo que hablara todo, porque lo que sonara de sus labios no será nada mas que algo tan bello para ella. El se sonrojo, y abrió sus negros ojos, y declaro su amor ante la bella luz. Ella se sintió feliz, el se sintió ameno con su decisión… un beso, una caricia, un amor, y sello toda esa bendición que los hizo amarse hasta el ultimo… No lo volví a ver a ese de los negros ojos, me dicen que por ahí ronda, entre los litorales de su búsqueda interior, y amando a su bella dulzura, mas que nunca, por siempre. Quiere por siempre volverla a amar, y buscarla en todo lugar, yo se que la encontrara, mi amigo de los negros ojos, porque no hay nada mas feliz que el amor que los junta y no los separará. Lo que supe muy al final, que se despidieron, el partía lejos, ella le dijo un gran adiós, lo amo, y se marcho… El sigue extrañándola mucho, a ella la luz de sus ojos, eso es lo que pude escuchar. Los dos son como ahora el amor sólido como una piedra, soy feliz por verlos asi, soy feliz porque en este lugar el amor siempre será más que cualquier otro placer, es la esencia de la alma, la esencia de lo que llamamos hogar, el mundo mismo y su gente… Somos todos quienes debemos amar…
Lo que El le pudo decir durante su viaje fue un “te amo, te extraño mucho”, mientras los caminos se hacían mas largos y duraderos… Eso fue lo que el viento me pudo contar…
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