Te entrego lo que nos sobra:
La dádiva del beso arremolinado
en mis rodillas suplicantes.
La desnudez de la duda que danza
Como un cuervo sobre carnes encendidas.
La mirada de las pupilas
cuando se despiden de esa forma
venciendo el sueño en la boca
que es locura y muerte.
No vayas a nombrarme si no
en el orgasmo maldito
De su deseo.
No te dejaré respirar
las auroras en sus brazos
Que serán también los míos.
No verán nuestros infantes
nacer los crepúsculos
si no jugar con la sonrisa
que será también la mía.
Les darás su nombre
mas, me estarás nombrando
en cada caricia dada a la vida
Porque yo soy tu vida
muerte y locura.
No niegues lo que pertenece
a tu dueño y señor
Soy tu dios
suplicante, hazme entrar
a tu nirvana desde mi infierno
que cae sobre mi cuerpo
encendiéndolo.
Texto agregado el 06-04-2007, y leído por 280
visitantes. (8 votos)
Lectores Opinan
01-07-2008
potente, me gusto mucho. sobre todo, sobre todo, la primera linea. letra
16-05-2007
si alguien me lo dijera así, no me importaría asfixiarme! astridcomet